Farcaster y Lens actúan ambos como protocolos abiertos de grafo social, aunque presentan arquitecturas técnicas claramente diferenciadas. Farcaster opta por un modelo híbrido: ancla las identidades de los usuarios en Ethereum, mientras que la mayoría de las interacciones sociales se almacenan fuera de la cadena en hubs independientes. Este diseño prioriza la escalabilidad y minimiza los costes de transacción, ya que acciones como publicaciones o seguidores no se ejecutan on-chain. La red de hubs sincroniza los datos mediante un protocolo peer-to-peer, lo que asegura redundancia sin depender de un único proveedor de almacenamiento. Concretamente, los FID se anclan en Optimism; los hubs almacenan publicaciones y reacciones y sincronizan datos mediante gossip p2p.
Por el contrario, Lens mantiene el grafo social íntegramente on-chain. Los perfiles, seguidores, publicaciones y otras interacciones se representan como tokens no fungibles o semi-fungibles en Polygon. Así, todas las relaciones y contenidos quedan protegidos en la blockchain, lo que permite su verificación y portabilidad directa, eliminando la dependencia de infraestructura off-chain. Para afrontar posibles límites de escalabilidad, Lens desarrolló Momoka, un sistema optimista de Capa 3 que procesa la mayoría de las acciones fuera de la cadena pero conserva pruebas criptográficas de validez. Esto preserva la descentralización y reduce los costes operativos. Desde 2025, Lens inició la migración del grafo a Lens Chain; Momoka sigue proporcionando disponibilidad y verificación de datos, de modo que no toda la carga se traslada a la cadena base.
La elección entre estos modelos depende de las prioridades del usuario. El enfoque híbrido de Farcaster reduce la carga sobre la blockchain y facilita actualizaciones más rápidas y económicas. El modelo completamente on-chain de Lens ofrece mayores garantías de permanencia y composabilidad, pero requiere soluciones adicionales como Momoka para mantener la eficiencia.
En ambos protocolos, la identidad es un pilar central. En Farcaster, los usuarios registran un FID (Farcaster ID) en Ethereum, que sirve como referencia permanente de su cuenta en todas las aplicaciones compatibles. Dicha identidad es independiente de cualquier cliente, de modo que, si una aplicación deja de estar operativa, el usuario puede migrar a otra conservando su identidad y conexiones sociales. Como únicamente la identidad está en la cadena, los datos de perfil e interacciones permanecen en la red de hubs, por lo que la portabilidad depende de la capacidad de acceder o exportar esos datos. En la práctica, los FID residen en Optimism; los nombres de usuario (fnames) se asignan fuera de la cadena mediante el Fname Registry, y los clientes exportan/importan datos de los hubs para facilitar la portabilidad.
Lens implementa la identidad a través de NFTs de perfil almacenados en Polygon. Cada NFT de perfil contiene el historial completo de actividad social y conexiones del usuario. Al vincular todo el contenido y las interacciones al NFT, cambiar entre aplicaciones resulta sencillo: el estado del perfil ya está registrado en la cadena. Así, identidad y portabilidad de contenidos van de la mano, sin depender del acceso a datos off-chain para la migración. A medida que Lens migra a Lens Chain, esta misma portabilidad se mantiene sobre una blockchain especializada para el ámbito social.
Farcaster y Lens buscan fomentar el desarrollo de terceros, aunque sus herramientas e integraciones difieren. Farcaster pone a disposición APIs y SDKs para que los desarrolladores lean y escriban en los hubs. Al tratarse de un protocolo abierto, cualquier desarrollador puede crear un cliente, una herramienta de análisis o una integración, sin necesidad de permisos centralizados. La naturaleza off-chain de la mayoría de los datos favorece la experimentación con funcionalidades a gran escala sin incurrir en costes on-chain durante el desarrollo.
Lens ofrece acceso directo a sus contratos on-chain, además de SDKs que abstraen la interacción con el protocolo. Los desarrolladores pueden crear aplicaciones que consulten directamente la blockchain o recurran a servicios de indexado para un acceso más ágil a los datos. Su arquitectura modular permite ampliar el protocolo mediante nuevos módulos para seguir, coleccionar o monetizar contenido, incorporando así nuevas formas de interacción a toda la red. No obstante, dado que Lens depende en mayor medida de acciones on-chain, los desarrolladores deben considerar los costes de transacción y el rendimiento salvo que utilicen Momoka. Con Lens Chain, los desarrolladores disponen de una blockchain específica para interacciones sociales de alta frecuencia.
En lo relativo a madurez del ecosistema, Farcaster ha avanzado con fuerza gracias a Warpcast como cliente de referencia, y han surgido numerosas aplicaciones de nicho. Lens soporta varios clientes consolidados, como Hey.xyz, Orb y Phaver, que ofrecen funciones diferenciadas pero comparten el grafo social. Lens también se beneficia de integraciones con marketplaces NFT y otros servicios Web3 que reconocen los NFTs de perfil como forma válida de identidad de usuario.
Farcaster organiza su contenido en torno a los casts —mensajes breves similares a tweets—, junto con reacciones y seguidores. Un elemento diferenciador son los Frames, componentes interactivos integrados en los casts que pueden ejecutar acciones tanto on-chain como off-chain. Los Frames convierten el feed en un entorno interactivo en el que reclamar NFTs, participar en encuestas o ejecutar llamadas a smart contracts directamente desde la interfaz social. Así, Farcaster se posiciona como protocolo social que sirve de capa de distribución para aplicaciones descentralizadas. Actualmente, los Frames evolucionan hacia Mini Apps, ampliando el modelo de ejecución integrada en el feed.
Lens ofrece publicaciones, comentarios, mirrors y seguidores, pero añade una capa de monetización con los collect modules. Un collect genera un NFT transferible que representa un contenido, permitiendo a los creadores vender o distribuir sus obras directamente a la audiencia. Así, la monetización queda integrada en el protocolo, en lugar de depender de aplicaciones o integraciones de terceros. Aunque Lens aún carece de un equivalente directo a los Frames, su estructura modular permite que la comunidad desarrolle experiencias interactivas similares.
La gobernanza de Farcaster está, por ahora, en manos de su equipo fundador, aunque su carácter open source permite una participación comunitaria más amplia a nivel técnico. La moderación se realiza en cada hub o cliente, permitiendo a cada aplicación aplicar sus propias políticas de contenido. Esto genera un entorno flexible en el que las comunidades establecen sus propias normas sin imposiciones universales.
La gobernanza de Lens se canaliza a través de las Lens Improvement Proposals (LIP), debatidas y evaluadas por la comunidad. El equipo de Aave mantiene un papel relevante, pero la estrategia a largo plazo es distribuir la gobernanza de manera más descentralizada. La moderación recae en cada aplicación, sin reglas impuestas a nivel de protocolo, lo que garantiza neutralidad y otorga libertad a los desarrolladores para regular sus propios entornos.
La elección entre Farcaster y Lens depende de la finalidad concreta. El modelo híbrido y la arquitectura de hubs de Farcaster resultan atractivos para quienes priorizan la escalabilidad, operativa eficiente y capacidades de interacción en tiempo real. La funcionalidad Frames añade un valor diferencial, al permitir integrar aplicaciones Web3 directamente en el feed social.
El enfoque completamente on-chain de Lens brinda sólidas garantías de permanencia de los datos, composabilidad y control del usuario. Las oportunidades de monetización nativas del protocolo lo hacen especialmente interesante para aplicaciones orientadas a creadores y comunidades que buscan transparencia y reparto automatizado de ingresos. El principal contrapeso es su mayor dependencia de la ejecución sobre blockchain, aunque Momoka compensa en parte los retos de coste y rendimiento. La migración a Lens Chain reduce todavía más la latencia y adapta la infraestructura a las necesidades sociales.
Ambos protocolos demuestran que la socialización en Web3 no necesita sistemas cerrados y centralizados. Ofrecen alternativas arquitectónicas y funcionales diferentes, pero persiguen un mismo fin: dar a los usuarios el control sobre su identidad, relaciones y contenidos en un entorno abierto e interoperable.